abril 01, 2010

La oscuridad primaveral

Me encuentro entre mis 4 paredes azules, tal y como deseo. Las nubes siguen su curso, es posible verlas desde mi cama. Ya no quiero buscar formas entre ellas, sólo quiero gritarles que se detengan. Devuelvanme mi paz.
Mis sentidos se ven atrapados entre pocas emociones. Parece que lloro mientras estoy riendo, y mi expresión para el placer, es similar a la del dolor.
Sigo observando pedazos de nubes. Podría afirmar que mi cama es cómoda, pero prefiero ser sincera, y diré que es la sensación de seguridad lo que me provoca esta especie de éxtasis.
La soledad es tan reconfortante, nadie me puede hacer daño.
Ayer hable conmigo, y terminé gritandome. No estoy asustada, mis ideas suicidas de la infancia ya no existen, aunque mis muñecas siguen siendo tan frágiles. Hoy no quiero morir. Probablemente mañana tampoco. Volverte adicta a los placeres mundanos, te ofrece cierta protección.
Quisiera dormir mucho tiempo, olvidar que tengo rutinas de sueño establecidas. Es desconcertante tener visiones oníricas tan realistas, no quiero salir de ellas.
Nisiquiera he tocado el interruptor para iluminar mi habitación. Porque todo aquí es tan tranquilo, que ni la oscuridad me inquieta.

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